sábado, 31 de mayo de 2014

Donnie Brasco (EUA, 1997)


La historia se inicia en el momento en que un policía encubierto, rebautizado como Donnie Brasco, contacta con uno de los hombres de un grupo mafioso a fin de infiltrarse en su organización.

Donnie Brasco, con seguridad, pasará a ocupar privilegiado lugar en la historia del subgénero de gangsters. Magnífico filme que explora en las relaciones interpersonales entre miembros de una familia de este tipo. Sin embargo, la obra apunta también en dirección de grupos de familia en general.    

Empero, el peso del relato está en el vínculo entre Brasco (Johnny Depp) y “el Zurdo” (Al Pacino), un gatillero de la organización, un peón de la cosa nostra. En efecto, la amistad entre ambos es la pieza fundamental en el desarrollo de la trama. “El Zurdo” apadrina a Brasco y le enseña, guía y protege como un hijo, de tal forma surge un estrecho afecto y camaradería entre ellos. Ambos, representan al maestro y aprendiz, respectivamente. 

A diferencia de otras películas de su estilo, no es el retrato de un capo, de un líder, sino que se enfatiza la perspectiva de un hombre común, un jornalero del crimen. Una persona con virtudes y defectos, que sufre y goza, como cualquiera, que trabaja para mantener a su familia, pero sobre todo, que tiene anhelos y otros planes para su vida. Además, es un soñador que lleva una vida sin muchos logros ni reconocimiento de sus pares.   

Uno de los puntos de mayor eficacia está en el ritmo, pausado y cadencioso, que se une al ambiente nostálgico que de alguna manera fluye del personaje encomendado a Al Pacino. Estamos ante una obra melancólica tipo El padrino o Carlito’s way. Mike Newell, el director, maneja bien, el drama, el suspenso y la acción, pues esta obra posee de todo un poco, y, precisamente, en este equilibrio, reside su gran éxito.

Newell privilegia las relaciones entre los componentes de grupos. Se presentan diferentes clanes y sus características. Están entrelazados, aunque opuestos, la familia del policía, la del Zurdo, y las organizaciones policiales y mafiosas. A pesar de todo, siempre está presente la condición humana, característica del realizador. Ello se evidencia en el obsesivo trabajo de Brasco y los conflictos que ocasiona en su relación matrimonial, y también, los problemas económicos y de otra índole en el modesto hogar del Zurdo. Pero, no solo están las relaciones humanas, hay espacio para los disparos, la sangre, los asesinatos, la traición, elementos clásicos del subgénero.

Además, hay un interesante aporte, que presenta al grupo criminal como algo lejano a ese mundo idealizado, que los hace ver como un paraíso, donde no existen responsabilidades. 
 
Donnie Brasco, muestra un eficaz juego de apariencia. El investigador finge su identidad y, sin pretenderlo, termina envolviéndose en su propia telaraña. Como se escribió antes, la efectividad de la historia se haya en el suspenso, siempre presente en las acciones de Brasco, que logra una metamorfosis, tanto física  como sicológica. Aprende a lucir y comportarse como gangster.  

El tema de la dualidad de Brasco es clave, es el eje del drama y el suspenso. Una vez dentro, su amistad y fidelidad con el grupo es grande, está tan involucrado que no puede salir. Así como éste, el espectador se pregunta qué hará para escapar de la trampa en que se halla. Estas acciones permiten el lucimiento actoral de Johnny Depp y Al Pacino. Ambos, en entregas soberbias. Emocionales, sentimentales, nobles, leales, temperamentales, agresivos, rudos. Toda una gama interpretativa con subidas y declives.

Suma a la puesta en escena, un eficaz reparto, la magnífica ambientación de los setentas, tanto en los autos, el vestuario y otras indumentarias, y por supuesto, la música. 
 
Con inteligencia, Newell mantiene una saludable mesura. No se deja tentar por el melodrama ni por la adrenalina usual del subgénero, tampoco por el eterno conflicto entre el bien y el mal. Su interés apunta al quehacer del oficio gangsteríl; la familia como centro de una actividad en común, y, por supuesto, la amistad; entrañable y paradójico lazo entre el detective encubierto y el soldado de la mafia, quien, escrito sea de paso, encarna como nadie los “valores” y códigos de la misma.     
 
 

miércoles, 14 de mayo de 2014

Russell Crowe: guerrero del cine y la vida

Basta citar un puñado de títulos para comprender que se trata de un valioso actor, capaz de asumir los más variados roles. Russell Crowe tiene fama de díscolo y antipático en su vida personal y, quién sabe, quizá su forma de ser le sirve para encarnar a los heroicos, luchadores y medio atormentados personajes que le dieron fama.

Crowe nació el 7 de abril de 1964 en Wellington, Nueva Zelanda. Cuando tenía 4 años su familia se mudó a Australia, razón por la que se le atribuye  erróneamente nacionalidad australiana. Ingresó al National Institute for Dramatics Arts, de Sidney, pero dejó los estudios. Su primer rol en el cine fue en la película Prisoners of the sun. En 1991 fue galardonado con el premio Australian Film Institute por el largometraje Proof. Romper stomper (1993) y The sum of us (1994), fueron otras obras en las que impuso su talento.

Su éxito, sin embargo, se limitaba a Australia; eso cambió cuando Sharon Stone vio su participación en Romper stomper y decidió invitarlo a formar parte de Rápida y mortal (1995) de Sam Reimi. Su ingreso a Hollywood, no cabe duda, se lo debe a Stone, quien amenazó con abandonar la producción si no lo contrataban. 

Otro filme inicial en tierras norteamericanas fue Virtuosity (1995), obra de ciencia ficción en la que compartió pantalla con Denzel Washington. En Los Ángeles al desnudo (1997) de Curtis Hanson, atrajo las miradas del público y la crítica, adjudicándosele, atractivo y capacidad como intérprete, características que confirmó con El informante (1999) de Michael Mann, junto al gran Al Pacino. Por cierto, obtuvo su primera nominación al Óscar.

Gladiador (2000), de Ridley Scott, supuso su ingreso al estatus de estrella de cine. Ganó un Óscar por su notable performance y logró consolidarse como actor taquillero. Su vida como intérprete puede dividirse en dos: antes de Gladiador y después de Gladiador. Con ella, se convirtió en ídolo.

Al año siguiente, retornó con Una mente brillante (2001), en la que logró destacada participación, ganando el Globo de Oro. Estaba en racha, fue nominado al premio de la academia por tercera vez consecutiva, algo inusual. Previamente, había trabajado en Prueba de vida (2000) de Taylor Hackford, que no tuvo opiniones favorables de la crítica pero no deja de ser interesante de ver.

Capitán de mar y guerra: la costa más lejana del mundo (2003), de Peter Weir, supuso otro importante hito en su trayectoria. Luce toda su capacidad. El luchador (2005) de Ron Howard, resultó un buen reto. Un buen año (2006), marcó su regreso con Ridley Scott (Gladiador); y a su vez fue un cambio de su acostumbrado tipo de película, asumiendo roles románticos.

En 2007, en su tercera vez con Scott, co protagonizó con Denzel Washington, Gangster americano, notable filme. Ese mismo año, junto a Christian Bale, actuaron en una nueva versión de 3:10 to Yuma, un clásico del western.  
  
Los años siguientes apareció en Red de mentiras (2008) y La sombra del poder (2009), dos historias de suspenso e intriga vinculadas al espionaje y la política, respectivamente. En 2010, hizo Robin Hood (cuarta con Ridley Scott);  sobresaliente trama que se orientó en diferente dirección que sus antecesoras. En 2012 participó en Los Miserables, adaptación musical de la obra maestra de Víctor Hugo. Algunos se sorprendieron de verlo cantando, lo que es no es novedad, considerando que fundó una banda de rock a los 16 años; es decir, la música no es algo extraño para él. Con este largometraje consolidó su lugar de prestigio en la actuación, de paso mostró su conocida afinidad con las películas de época.

Sus más recientes filmes son El hombre de acero (2013), Cuento de invierno (2014) y Noé (2014).

Russell Crowe, es un caso emblemático de actor de carácter. Su talento deviene de su fuerza, intensidad, concentración y entrega interpretativa. Es importante por lo que sus personajes dicen, pero también por lo que omiten. Sabe componer muy bien sus creaciones, dándole un perfil humano y sicológico, notables.

Por eso, ha ganado el respeto de propios y extraños, convirtiéndose en uno de los mejores actores de su generación y sumándose también a la lista de los más destacados de todos los tiempos. De ello dan testimonio obras como: Los Ángeles al desnudo, El informante, Gladiador, Una mente brillante, Capitán de mar y guerra, Gangster americano, Robin Hood y Los miserables. Destaca igual en filmes de época como en los contemporáneos; casi siempre con el perfil de héroe y hombre probo que encaja en el estilo de la realización cinematográfica hollywoodense.  

No hay película en la que participe que no deje el sello Crowe. Su presencia es indesligable de sus filmes, pues es un actor que no pasa desapercibido en la pantalla, sea por presencia física, por inteligencia, o por ambos. Al igual que sus personajes, es un esforzados, sincero, valeroso y obstinado luchado, un guerrero del cine y de la vida.