Es interesante resaltar que la animación se ha transformado en fecundo género cinematográfico capaz de concebir todo tipo de historias. Esa diversidad no conoce de límites. ¿Será por eso que se ha tornado en género recurrente que no tiene pierde? Si. Emociona por igual a pequeños y grandes.
Mi villano favorito es un ejemplo. Está bien lograda. Se relata a través del subgénero de espionaje. En ese sentido, se utiliza con eficacia el suspenso que le es característico en una animada guerra de inventores desafiándose mediante divertidos duelos extremos. En efecto, esta obra se concentra tanto en la rivalidad de dos malvados inventores y sus maniobras de espionaje y sabotaje.
Sus directores le han impuesto un estilo particular. No sólo en el dibujo sino a la atmósfera que rodea la historia. Una concisión expresiva propia del cine europeo o asiático, por citar algunos casos. En ciertos pasajes las imágenes no requieren de diálogos de los personajes, “hablan” por si mismas.
Al suspenso manifiesto contribuye la magnífica musicalización, elemento clave que seduce e integra al espectador a la historia, envolviéndolo para no dejarlo escapar. No se debe soslayar el humor, utilizado sutilmente pero con efectividad. Hay momentos memorables. El respetable la pasa bien: se sorprende, ríe, intriga, enternece y goza.
Hay que enfatizar en las dosis intensas de ternura. Tres adorables niñas huérfanas (Margo, Edith y Agnes) en busca de alguien que las adopte, ostentan los poderes necesarios para “hechizar” con cariño y amor al malvado (aunque no tanto) inventor. Cautiva especialmente Agnes, la pequeña terrible que interroga con su “sonido irritante”.
Existe un paralelo entre la relación del inventor y las traviesas niñas y el público y las mismas. Uno termina conquistado con sus acciones, tiernos gestos, voces y rasgos físicos. Salvo que se tenga una piedra de corazón.
“Desfilan”, envueltos en diversas y emocionantes acciones, excéntricos y curiosos pero estimables personajes. Sus conductas actuales tienen explicación en el pasado. La obra explora de paso cómo influyen las experiencias de la niñez en la adultez. Adicionalmente están los estadíos de la soledad y falta de afecto. El ser humano requiere de compañía y amor. En esencia, es un filme de entretenimiento pero del cual se sustraen estos conceptos. Tema aparte son los miniones: Tim, Bob, Mark, Phil, Stuart, Dave, y Jerry the minion. Esta suerte de chizitos andantes brillan con luz propia. Y divierten con sus movimientos y murmullos.
Ser un niño feliz es una de las premisas. También está lo inverso: quién puede oponerse a la felicidad que procuran los niños. “Te cambian la vida” dice todo padre o madre que se precie. Son grata compañía y colman de desbordante alegría. Todo ello y más es Mi villano favorito. Compruébelo.
Mi villano favorito es un ejemplo. Está bien lograda. Se relata a través del subgénero de espionaje. En ese sentido, se utiliza con eficacia el suspenso que le es característico en una animada guerra de inventores desafiándose mediante divertidos duelos extremos. En efecto, esta obra se concentra tanto en la rivalidad de dos malvados inventores y sus maniobras de espionaje y sabotaje.
Sus directores le han impuesto un estilo particular. No sólo en el dibujo sino a la atmósfera que rodea la historia. Una concisión expresiva propia del cine europeo o asiático, por citar algunos casos. En ciertos pasajes las imágenes no requieren de diálogos de los personajes, “hablan” por si mismas.
Al suspenso manifiesto contribuye la magnífica musicalización, elemento clave que seduce e integra al espectador a la historia, envolviéndolo para no dejarlo escapar. No se debe soslayar el humor, utilizado sutilmente pero con efectividad. Hay momentos memorables. El respetable la pasa bien: se sorprende, ríe, intriga, enternece y goza.
Hay que enfatizar en las dosis intensas de ternura. Tres adorables niñas huérfanas (Margo, Edith y Agnes) en busca de alguien que las adopte, ostentan los poderes necesarios para “hechizar” con cariño y amor al malvado (aunque no tanto) inventor. Cautiva especialmente Agnes, la pequeña terrible que interroga con su “sonido irritante”.
Existe un paralelo entre la relación del inventor y las traviesas niñas y el público y las mismas. Uno termina conquistado con sus acciones, tiernos gestos, voces y rasgos físicos. Salvo que se tenga una piedra de corazón.
“Desfilan”, envueltos en diversas y emocionantes acciones, excéntricos y curiosos pero estimables personajes. Sus conductas actuales tienen explicación en el pasado. La obra explora de paso cómo influyen las experiencias de la niñez en la adultez. Adicionalmente están los estadíos de la soledad y falta de afecto. El ser humano requiere de compañía y amor. En esencia, es un filme de entretenimiento pero del cual se sustraen estos conceptos. Tema aparte son los miniones: Tim, Bob, Mark, Phil, Stuart, Dave, y Jerry the minion. Esta suerte de chizitos andantes brillan con luz propia. Y divierten con sus movimientos y murmullos.
Ser un niño feliz es una de las premisas. También está lo inverso: quién puede oponerse a la felicidad que procuran los niños. “Te cambian la vida” dice todo padre o madre que se precie. Son grata compañía y colman de desbordante alegría. Todo ello y más es Mi villano favorito. Compruébelo.
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