En la última entrega planteamos
que cada actor le había aportado algunas características al personaje. En tal
sentido, es pertinente recordar quienes le dieron vida a Bond. Algunos hablan
de 6 actores, cuando en realidad son 7.
Probablemente, Barry Nelson no sea conocido. Es
probable que no figure en las listas de actores Bond y a algunos les parezca un
advenedizo. Pero no es justo si se considera que fue el primer 007. Quizá el único norteamericano que lo
interprete. Nelson apareció en 1954 en una serie televisiva cuyo episodio se
tituló: Casino Royale.
En contraparte del primero de la
lista, Sean Connery es el más
respetado y querido actor Bond, encarnación real del personaje literario
imaginado por Fleming. El Bond por antonomasia. Es el favorito y proclamado
como el mejor. Nadie ha podido superarlo, opinan los conocedores. Participó en
7 películas. Por si fuera poco fue el intérprete de la primera en la pantalla
grande: Dr. No (1962).
Otro nombre poco recordado es el
de George Lazenby, australiano que
logró un jugoso contrato para actuar en 7 películas. Sin embargo, su única
película no obtuvo el reconocimiento necesario y fue dado de baja. No obstante,
la obra que protagonizó: Al servicio
secreto de su Majestad (1969), es recordada por ser la única en la que Bond
contrajo matrimonio.
Roger Moore fue un respetable y digno Bond; estuvo en 7
producciones, muchas de ellas de gran éxito. Se dice que su rol televisivo como
El Santo lo catapultó a ser elegido
en reemplazo de Connery. Actuó en las hoy clásicas: El hombre del revólver de oro (1974), La espía que me amó (1977), y Solo
para tus ojos (1981).
No tuvo el éxito esperado. Timothy Dalton llegó para cubrir el
espacio que Pierce Brosnan no pudo tomar. Pero, al margen, no tuvo el carisma
necesario para conectarse con el público. Empero toda la responsabilidad no fue
de Dalton, los argumentos tampoco resultaron atractivos. Hizo 2 películas: Su nombre es peligro (1987) y Con licencia para matar (1989).
Pierce Brosnan fue el responsable de devolverle a Bond el éxito y
brillo perdido. Sus filmes superaron las taquillas de sus predecesores en un
momento en el que la franquicia desfallecía. En parte por la ausencia de un 007
ideal, el final de la Guerra Fría y argumentos mediocres. Interpretó al mítico
personaje en 4 espectaculares entregas: Goldeneye
(1995), El mañana nunca muere
(1997), El mundo no basta (1999) y Otro día para morir (2002).
Cuando Brosnan anunció su retiro,
no pocos pensaron que era el final del agente secreto en la pantalla grande
pero fue un error suponerlo, Daniel
Craig, resistido al principio, resultó un buen sucesor que ha impuesto sus
características actorales y físicas. Lleva 3 largometrajes como el espía
seductor: Casino Royale (2006), Quantum of solace (2008) y la más reciente entrega Skyfall (2012).
De lo escrito líneas arriba se
puede concluir que Sean Connery fue el responsable de definir los patrones
principales del personaje: varonil, atlético, elegante, seductor con las
mujeres, con una envidiable seguridad en sí mismo y sentido del humor.
Sin embargo, otros actores le
otorgaron su sello. Por ejemplo, Roger Moore mantuvo esas características pero
le adicionó mayor humor. Las películas que el encarnó tienen mayor dosis de
sátira que las anteriores, además de mayores elementos fantásticos, algunos
casi inverosímiles; espectacularidad y efectos especiales.
Al parecer, la caída del muro de
Berlín, el final de la Guerra Fría, hicieron que los argumentos decayeran; esto,
sumado a la falta de carisma de Timothy Dalton hizo languidecer la propuesta Bond.
Otro yerro estuvo en la pretensión de retorno a las fuentes, es decir,
aproximarse al espíritu de las primeras obras, sin tomar en cuenta que la época
cambió.
Cuando aparece Pierce Brosnan, se
renuevan los argumentos y se retorna a la espectacularidad de los efectos
especiales. Se puede decir que Brosnan tuvo éxito en parte por las razones
esgrimidas pero también por su personalidad. El, sin querer compararlo, es una
inteligente combinación entre Connery y Moore, tiene presencia y elegancia pero
también chispa y simpatía. Es el equilibrio perfecto.
Daniel Craig, el reciente Bond,
aunque ha anunciado su retiro de la saga, es lo que se llama: un duro. Posee
todas las características del 007 pero sobresale por su potencia física. Está
más cerca del estilo Connery. No pretende ser agradable, es serio y
determinado. Hombre de pocas palabras y de acción. Es diferente a sus
antecesores, pero da la talla. Ha logrado imponer su Bond y eso lo hace
exitoso. Por otro lado, es un actor que sin necesidad de ser camaleónico,
alterna sin ningún problema y con igual
efectividad al espía con otros roles. Craig es inteligente y no permite que lo
encasillen.
¿Quién será el próximo Bond?
Nadie lo sabe. Lo único factible es que el agente 007 continúe participando en
la saga más longeva y exitosa del mundo. La propia historia garantiza que
ningún actor es imprescindible. Hace rato que el personaje con licencia para
matar derrotó a todo: su autor, el tiempo, la Guerra Fría y, algunos actores.