martes, 13 de julio de 2010

This is it (This is it, EE.UU.,2009)


Viendo este documental se comprende lo que hay detrás de un concierto: mucho trabajo. Rigurosos ensayos que se repiten hasta la saciedad. Horas de horas para lograr la perfección. Quizá, entre otras, esta sea la razón por lo costoso de un espectáculo de ese nivel. Bien vale la pena pagar, aunque quizá uno quede en deuda con los organizadores.

Es una lección para todos, en los diversos ámbitos de la vida. Michael Jackson, siempre protagonista, nos muestra que era un obsesivo. Él, que fue un genio, ensayaba con impenitente dedicación de aprendiz. Definitivamente, la práctica hace al maestro.

This is it es un documento fílmico dirigido por Kenny Ortega, productor eficiente y muy profesional cercano al Rey del Pop. Se trata de extractos de ensayos para una serie de conciertos en Londres. Se dice que los últimos. Muestra detalles de los preparativos en el que el espectador es testigo del lado humano de Jackson: el trato que le depara a sus íntimos, así como a bailarines y músicos, por ejemplo.

Es también un retrato fidedigno, sin maquillaje, de su amor por el arte: por la música y danza que llevaba en los genes. No olvidemos que contaba con 50 años de edad pero con la vitalidad de uno de 30 o quizá menos. Su voz estaba intacta y sus movimientos seguían tan flexibles y sorprendentes como siempre. Una gacela del baile.

La obra hace reflexionar acerca de la verdadera importancia y trascendencia de MJ. Su vida no fue fácil; tuvo que sobrellevar una dura y quizá breve niñez, y luego cargar con el enorme peso de la fama, que lo hacía disfrazarse en algunas oportunidades para eludir a sus apasionados admiradores. Pero más que nada soportar el enorme asedio de la prensa con los dimes y diretes del caso. El que menos pensará que es el precio a pagar por la popularidad; no obstante, nadie estará nunca preparado para lidiar con semejante acoso cotidiano, pues es inhumano. Sin embargo, Michael lo hizo.

Este largometraje lleva a la siguiente interrogante ¿Qué importa si se hizo operaciones en el rostro, los cambios en el tono de la piel, cuánto gastaba en sus compras, qué ropa vestía, quiénes eran las madres de sus hijos? Él debió ser admirado más que nada por su enorme talento. Un genio indiscutible del baile, la composición y el canto. Además de ser artista extraordinario e infatigable trabajador fue un hombre caritativo que se preocupó por sus semejantes y por el planeta, lo que se demuestra en sus canciones.


La película reúne además testimonios de productores, cantantes, músicos y bailarines que confirman aquello. Para los escépticos, pienso que resulta difícil que la mayoría piense y declare parecido. No es casual. Es verdad. No se crea en este comentario el escenario de una apología. Jackson fue ser humano y como todos, tuvo sus defectos, pero no era el “demonio” que algunos quieren “ver”.

Por otro lado, la obra grafica el mega concierto en ciernes. Un espectáculo de primer nivel, planificado en los más mínimos detalles: música; vídeos específicamente elaborados; efectos sonoros y visuales; magníficas coreografías y bailarines; luces, sonido. Hubiera quedado en la historia como el mejor. Una puesta en escena impresionante, tal y como MJ la concibió. Algo perfecto y novedoso que superara sus anteriores giras mundiales.

Del documental se colige su profesionalismo, obsesión y compulsión por la perfección. No cabe duda que amaba lo que hacía y lo transmitía a raudales; por eso es adorado por sus incondicionales y respetado por el resto. De allí, su bien ganada inmortalidad artística.