domingo, 27 de noviembre de 2011

Identidad peligrosa (The big Lebowski, EUA, 1998)



Los hermanos Joel y Ethan Coen realizan obras al margen del sistema Hollywood, y tienen una amplia legión de admiradores, que los siguen y gozan.

Una de las características de su cine, aparte de la particularidad y calidad que le ofrecen a la trama, es la abundancia de personajes excéntricos y marginales. Identidad peligrosa es un ejemplo de ello. Filme de personalidades en el que desfilan seres de todo tipo. En este sentido, el reparto es abundante y diverso. Pero ponemos de relieve a los tres inseparables amigos interpretados por Jeff Bridges, John Goodman y Steve Buscemi. Destacamos también a Julianne Moore, John Turturro, Peter Stormare, Sam Elliot, Jon Polito, Ben Gazzara, entre otros.

A los tres los une la pasión por jugar bolos y forman un grupo dispar pero sólido, hasta que una confusión de identidad hace que la vida de Jeff Lebowski (Bridges), mejor conocido como The
Dude o Dude, se altere; lo que involucra a sus camaradas.

Dude es un gran personaje, un tipo despreocupado que hace del relajo su forma de vida. Soltero y de ocupación desconocida. La pasa bien sin hacer daño a nadie, se dedica a beber rusos blancos, a charlar y a los bolos. Por cierto, Bridges le saca provecho a Dude. Es una de sus mejores actuaciones que le hayamos visto, así como muestra de su talento y versatilidad. Se le ve esenfadado y muy cómodo en su representación.

Otro rol remarcable es el de Goodman (Walter Sobchak), hombre con una personalidad compleja y beligerante, que deja su impronta. En varios pasajes encabeza la cuota de humor a través de
sus constantes alusiones a Vietnam y sus arrebatos, como cuando destroza un auto o lanza a un paralítico al piso.

El buen Steve Buscemi (Donny), retraído e imposibilitado de hablar por culpa de Sobchak, es especialista en sacar adelante roles pequeños e insignificantes. Este filme no es la excepción.
Siempre se las ingenia para hacerse notar a pesar de la brevedad de su participación.

El caos y situaciones extrañas aparecen por doquier. Es una comedia a lo Coen; con momentos bizarros, situaciones hilarantes y absurdas; suspenso, golpes y desconcertantes instantes. Los hermanos han sabido adaptar a su modo la comedia de enredo: confusión, peligro, persecuciones, búsqueda, intriga, datos falsos, chantaje, malos entendidos, etc.

El leiv motiv del largometraje es la ambición monetaria. Varios interesados ansían su tajada de dinero. Además, en esta sátira, también son importantes los ingeniosos diálogos. Verbigracia
las respuestas de Dude. Es una obra con movimiento y sorpresas de tanto en tanto. Por otro lado, hay una agresividad latente en los personajes, lo que se contrapone con Dude: el pacifista.

Además está esa cuota surrealista, fantástica y juguetona que aporta un condimento adicional. Ya sea en los sueños y pensamientos de Dude, los que involucran a su alfombra, los bolos y al estupendo personaje que encarna Julianne Moore. Hay baile, coreografía, música, al más puro estilo Broadway. La secuencia entre ambos es delirantemente fabulosa.

Es una divertida cinta con el sello Coen. Supera a cualquier comedia promedio producida en la meca del cine. Estos, como siempre, se encargan de romper los esquemas clásicos. De manera que si buscas algo entretenido y a la vez diferente elige: Identidad peligrosa.