miércoles, 19 de enero de 2011

EL CADÁVER DE LA NOVIA (Tim Burton`s corpse bride, EUA, 2005)



El cadáver de la novia está narrado con una sensibilidad especial que cae como un halo de luz sobre el público, lo ilumina y hace viajar imaginariamente a lugares desconocidos.

Continúa la línea de El extraño mundo de Jack, aunque la temática sea distinta. Tienen, no obstante, similitudes: el estilo de animación, la división de la trama en dos mundos paralelos, musicales y todo tipo de variopintos y extraños personajes.

Es una obra de terror a lo Burton, es decir, relato de atmósfera sombría, personajes melancólicos, suspenso, a los que se agrega la fantasía de lo sobrenatural. Todo con una pizca de ternura, inocencia y humor, característicos de su propuesta cinematográfica. No obstante, lo prioritario es el amor. Aflora el sentimiento más noble en el que son parte medular las emociones, asimismo la triste desesperanza de no hallarlo.

La historia presenta un casual triángulo amoroso que no es sino la excusa perfecta para introducirse en la complejidad de la vida, la muerte y los muertos. Además de personajes decepcionados de su existencia y medio torturados (Víctor y La Novia), da la impresión que están a la búsqueda de su realización personal; son suerte de marginales, por ser diferentes; no encajan en sus respectivos lugares de origen, y a pesar que uno está muerto, quiere cumplir un anhelo trunco. Esto nos remite a los personajes clásicos de Burton, presentes en su trayectoria fílmica.

Los universos son contrapuestos por el realizador y resultan contradictorios: la vida es representada en un escenario triste y vacío, donde no hay espacio para el amor; la muerte es por el contrario, lugar alegre y festivo. Para el primer caso usa tonos grises y oscuros, para el segundo mucho colorido. En éste, se desarrollan magníficos musicales: divertidos y mágicos momentos en los que director despliega su genio creativo.

Hay que destacar el tipo de animación a través de muñecos (no dibujos por computadora como es usual). Igual que en El extraño mundo de Jack, las figuras son de todo tipo, aunque preferentemente alargadas y finas, bajas y redondas.

En esta combinación de géneros en el que se mezclan: horror, suspenso y musical, hay lugar para la confusión, el enredo, en el que el novio culmina casado con una muerta, a la vez que atrapado en el inframundo. Posteriormente, en el clímax, vivos y muertos se juntan en un momento decisivo y de tensión.

Víctor, personaje protagónico, es una suerte de homenaje; está elaborado a imagen y semejanza de Johnny Depp, actor fetiche de Burton, por añadidura le ha confiado la interpretación vocal al mismo.

La característica música de Danny Elfman sensibiliza como siempre al respetable: no hay duda que es emblema reconocido del cineasta y su obra, a la vez que lazo indivisible entre compositor y autor.

El cadáver de la novia es magistral relato y ejercicio de animación que trasporta a clásicos parajes de las obras de terror de las que Tim Burton es confeso admirador: bosques, carrozas, la luna, mansiones, calles empedradas, lo tenebroso, la niebla, lluvia, etc.

Lo interesante es que ha conseguido crear algo novedoso con estos elementos recurrentes, imponiendo el reconocido sello que deja impreso en sus personalísimos filmes. Estupenda historia de amor, canciones y personajes coloridos, atmósfera subyugante, intensa, diversa. Es un placer ver este largometraje.