miércoles, 10 de julio de 2013

Los juegos del destino (Silver linings playbook)

                                                                                                                                       
                                                                                                                                        

Para Juanito.    
       
Una obra que lo tiene todo. Retrato de la vida misma. Por eso está narrada con el uso de cámara en mano, que se mueve nerviosa registrando a manera de un reportaje o documental, géneros vinculados a la realidad.  

Los juegos del destino es uno de esos inspirados largometrajes que surge de tanto en tanto y parece producto de la casualidad (pero no lo es); película de mediano presupuesto que se convierte en éxito inmediato por una propuesta que exulta humanidad.  

Previo a la ceremonia de entrega del Óscar los comentaristas especializados advertían que se trataba de un fenómeno parecido al ocasionado hace algunos años por Pequeña miss sunshine (2006) y podía ofrecer más de una sorpresa. Fue nominada en 8 categorías incluyendo mejor película, director, actor y actriz.

Ha sido calificada de diversas maneras: comedia, tragicomedia, drama. Efectivamente, es todo eso en un solo paquete. Por tal razón aludíamos al principio su vínculo con la existencia humana; al comprender que la vida es una combinación de aquello.

El relato fílmico tiene la particularidad de presentar situaciones dramáticas que a la vez resultan cómicas. Ello, en virtud al humor negro que proviene de los diálogos y también de las situaciones. Atrapa al espectador porque este percibe la sinceridad de sus personajes. En especial de sus conflictuados protagonistas. Sus problemas, carencias y emociones se trasladan al público.

Toca un importante tema como es la falta de salud mental y sus implicaciones: sicológicas, personales, interpersonales, laborales, emocionales, familiares, etc. Lo fundamental para la historia es que no se presenta de forma melodramática y mucho menos en plan constructivo. La naturalidad con que se muestra cala con mayor efectividad y profundidad. Ese es precisamente el elemento primordial con la que está impregnada la obra: la naturalidad de la sencillez y espontaneidad.

La que se traduce en verosimilitud, ingenio, chispa; dínamo del que se acogen los actores y sus personajes, el guion y la fotografía, pues todo está dispuesto para que funcione en este eje. Los temas desde luego son trascendentes pero al mismo nivel que la narración.

Difícil hallar en un filme risas y lágrimas de la manera como Juegos del destino lo consigue. Estamos frente a un vendaval de emociones y pasiones. Adrenalina que se ofrece a través de imágenes, diálogos y acciones de ritmo vivaz.     

Otro contenido, quizá el medular, está en el romance. Muchos consideran que es comedia romántica. Para nosotros es drama romántico. Existe conjunción de amor y drama; dos corazones rotos que se encuentran; pero no se explora solo en este tópico, también se incluye la dura problemática de cada uno y su relación familiar y amical. Por ello resulta difícil categorizarla.

Efectivamente, familia y amistades forman parte importante en el filme. Por un lado se presentan los conflictos usuales y por otro los inconvenientes que acarrea convivir con una persona con problemas mentales. Como muestra están aquellas escenas que presentan situaciones límite que despiertan risas a pesar de ser dramáticas.

Como se ha escrito antes lo dramático que resulta gracioso es la característica central del relato fílmico y el sello que la hace diferente a otras propuestas. Mérito indudable de su realizador David O. Russell, respetado director de cine independiente quien demuestra su ingenio y valía, y que con Juegos del destino ha logrado mayor reconocimiento.

Lo mismo ocurre con un excelente reparto que encabezan los notables Bradley Cooper y Jennifer Lawrence. Maravilloso dúo que será recordado por su formidable participación. Cabe resaltar que Lawrence obtuvo el Óscar a la mejor actriz. Por su parte, Cooper no logró triunfar pero estuvo en una difícil terna que tuvo como favorito a Daniel Day Lewis. Sin embargo, ningún premio puede opacar su excelente actuación.

Juegos del destino está llena de momentos memorables. Los encuentros entre Tiffany y Pat (Lawrence y Cooper), trotando; la primera “cita” que culmina en desastre; la discusión familiar en la que Tiffany aclara al padre de Pat (De Niro); y el baile final entre ambos (Tiffany y Pat).

Es una película rica en matices dramáticos. Aparecen discusiones y argumentaciones; amor y desamor; enfermedad y cura; risas y llantos; incomprensión y comprensión; realidad y destino. También plantea el lado bueno de las cosas; el director se da maña para mostrar lo positivo dentro de lo negativo, como aquél refrán popular que reza: no hay mal que por bien no venga. Después de todo, las historias de superación personal no son ajenas a la existencia.    

Maravillosa joyita del sétimo arte, no hay duda que Russell deja para la posteridad esta pequeña gran obra que, estoy seguro, se convertirá en clásico.

          

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