domingo, 15 de julio de 2012

Sombras tenebrosas

(Dark shadows, EUA, 2012)


Existen dos tipos de obras de Tim Burton, las comerciales y las autorales. En ambas está presente el estilo del realizador; quizá la diferencia estriba en la taquilla, unas son más vendedoras que otras, pero la calidad de ambas es incuestionable.

 Sombras tenebrosas pertenece a la fila de las autorales como lo son: El joven manos de tijera (1990), Ed Wood (1994), El gran pez (2003) y El barbero demoniaco, Sweeney Todd (2007).

 Basada en una serie televisiva, Burton logra un acabado relato, vuelta de tuerca de las obras de vampiros. Es un homenaje a las películas de terror que tanto ama, y en particular a Drácula, novela de Bram Stoker que continúa siendo fuente de inspiración.  

 Sombras tenebrosas es un largometraje mixto, que combina géneros y personajes. Da la impresión que es una comedia con tintes dramáticos pero resulta también un drama con pinceladas de humor. En todo caso el público decide. Del mismo modo, se entrecruzan un vampiro, una bruja y hasta un adolescente lobo. Es decir, el realizador une a personajes referenciales del cine de horror clásico.

 Por ratos recuerda a Ed Wood y sus películas; parece ex profeso, salida de la serie B, por las situaciones absurdas que llaman la atención, y que, por tanto, asombran, generan curiosidad, interrogantes y risas. Un detalle simpático para aquellos seguidores de Burton se da en la forma como Drácula mueve las manos cuando hipnotiza. Remite a Ed Wood y el modo como Bela Lugosi encarna al famoso conde vampiro.

 Los diálogos, de indudable humor negro, son estupendos y sin Johnny Depp en el rol protagónico los logros del filme serían imposibles. Es él con su gran actuación quien es la columna que sostiene los cimientos de esta provocativa ficción. ¡Qué gran dúo forman Burton y Depp!  

El personaje encarnado por Depp, Barnabas Collins, caballero del siglo XVIII, posee una forma refinada de hablar y comportarse, sus modales contrastan con las situaciones de modernidad, lo que adiciona humor a la obra.

 Evidentemente, el eje de lo jocoso está en el contraste entre lo antiguo y lo moderno, en la lucha entre el bien y el mal, y una familia disfuncional de lo más disparatada que toma con relativa tranquilidad hechos paranormales.   

 La adaptación de los años 70 es magnífica y por momentos remite a la estética de la maravillosa serie Los munsters. No hay detalle que se haya escapado, ni en vestuario, peinados, decorados, música, etc.

 Es una película con encanto. Uno culmina rindiéndose ante las peleas de siglo, hipnosis, hechizos y otros actos mágicos, pero también al romance, que de eso hay y mucho.

 Burton plantea una versión lírica y romántica de homenaje al vampiro inmortal. En ese sentido, se estrechan los lazos con la novela de Stoker cuyo centro es el amor negado. En Stoker y Burton cobra capital importancia el factor tiempo entrelazado al romance. Barnabas y Drácula, pasan a través de los siglos por un tormento: vivir sin su amada. Están condenados al desamor para toda la eternidad, lo que le da un toque angustiante y dramático a la historia. Sin embargo, las situaciones por las que atraviesan no son las mismas como tampoco las tendencias de las obras. 

El espectador puede calificar el largometraje de entretenimiento ligero o entretenimiento con contenido. Me inclino por la segunda opción. Se trata de un filme divertido sin soslayar el fondo. Ese es su mérito y riqueza. Magnífica película del genial Tim Burton.    

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